martes, 27 de marzo de 2012

ESNOBISMO A TODO TRAPO


Muchos años atrás, cuando el Pelado estudiaba economía, asistió a una discusión mayúscula (académica, pero mayúscula) entre dos profesores que discrepaban acerca de algo llamado la Ley de Say, que como tantas cosas en la ciencia económica, pendía de alfileres si se la trasladaba al mundo real.

Al parecer,  uno de los docentes interpretaba en forma muy directa el principio formulado allá por inicios del siglo XIX, resumiéndolo en algo como "toda oferta crea su demanda".
El tipo que defendía a rajatabla esa peculiar interpretación, afirmaba (palabras más o menos) que cualquier producto o servicio que se ofrezca en venta, encontraría compradores interesados.

A mí, que era un simple estudiante, me parecía que eso era un disparate evidente. Pero los años pasaron y me enseñaron que, quizás, la idea no era tan descabellada. Hoy les traigo un ejemplo que viene al caso y que más o menos comprueba, si no la Ley de Say, al menos que hay gente para todo.

Empecemos con una pregunta: ¿les gustaría pasar una noche en prisión?



Antes que me contesten que ningún ser normal considerará siquiera la idea, voy a decirles algo: mucha gente contestó que sí.

Los interesados tuvieron oportunidad de pasar una noche en el Hotel Alcatraz, instalación construida en Londres que recrea el ambiente de la prisión de igual nombre.



Al llegar al hotel, el huésped-prisionero debe entregar sus pertenencias, las que serán guardadas. A continuación, se le hace una ficha con sus datos y se le toman las consabidas fotos de frente y de perfil.
Acto seguido, se le entrega un uniforme de presidiario como los de entonces, se le lee el reglamento de la prisión y se lo deriva a su celda, réplica de las originales.



Una vez instalado "cómodamente" en su celda de 1,50 por 2,70 hay muy poco para hacer. Nada de libros o revistas o televisión o radio o música. Nada de nada.
Puede que le vengan ganas de hacer pipí, en cuyo caso le aliviará saber que el mugriento inodoro de la celda no está destinado a ser usado, sino que sólo forma parte de la decoración. Tendrá que llamar al guardia y éste le acompañará a un baño "normal".



Además del baño, hay otras diferencias entre este singular hotel y la prisión real de antaño. Por ejemplo, si el huésped muestra buena conducta (lo cual incluye tratar de "señor" a los actores contratados como guardias) puede usar un objeto personal durante media hora.

Otra diferencia radica en que se sirve una copa de vino con la cena, aunque lo demás es igual de "sustancioso": un alimento muy básico, servido en una bandeja de metal, incluyendo la clásica sopa de col (repollo).

A las 23:45 se apaga la luz y punto. A dormir hasta mañana, cuando suena una sirena y eso marca que la estadía ha finalizado.

Esta "maravillosa experiencia" es patrocinada por la producción de la serie "Alcatraz".
Temerosos de que la iniciativa no encontrase demasiados interesados, la réplica londinense de la prisión sólo contiene cuatro celdas y estaba prevista para estar abierta una semana.
Lo cierto es que las vacantes se llenaron en media hora y quedaron muchísimas solicitudes sin poder ser atendidas.

Puede que más adelante se repita el llamado, así que si tienen interés estén atentos.
Si están muy ansiosos, otra opción es darle un palo por la cabeza a algún policía que vean por ahí en el barrio. Seguramente obtendrán a cambio una "experiencia inolvidable".

5 comentarios:

Jorge dijo...

Bueno, bueno... Lo que hay que ver.
No conocía la ley de Say, pero después de leer tu artículo hay que reconocer que algo de razón tenía el hombre. Sólo hay que darse una vuelta por el Paseo de Gracia barcelonés para constatar lo que tú bien dices: hay gente para todo. ¿Te imaginas pagar cinco mil eurazos por una de esas maletitas con ruedas que lleva la gente en los aeropuertos? Pues no hace mucho vi una de ésas por ese precio en el escaparate de una tienda. ¿La venderán? Apuesto lo que quieras a que sí. Como reza tu título, esnobismo a todo trapo.

pelado1961 dijo...

Jorge:

Sin llegar a las maletas de cinco mil euros, ya hay mucha gente que paga habitualmente un disparate por cosas que son de tal o cual marca "prestigiosa".
Es una manera de vivir, que horrorizaría a nuestros abuelos, pero que ha pasado a ser "lo normal"(dado que, en estos tiempos, los locos dirigen el manicomio y los cuerdos están encerrados).

Va un abrazo.

Mariolo dijo...

Si me decis que tenes de compañera de celda a la rubia protagonista de la serie, bueh, lo pensaría.
jaja

El gordito García me cae simpático y seguro hablaría toda la noche de cómics, pero como que no cabemos en la celda .. :)

Hay de de todo en la viña del señor

pelado1961 dijo...

Ah, no, no.
Eso de pasar la noche con el gordito García ya pinta DEMASIADO mal, jjajajajjajaja
Recapacitá, Mariolo, por favor!!!!

Anónimo dijo...

de verdad que hay gente vanidosa en esta tierra!!! es increíble lo que una llega a ver.